Ondas de choque contra los problemas de erección

El uso de equipos que emiten ondas de choque sónicas se aplica hace muchos años en el mundo de la medicina. En fisioterapia, por ejemplo, para rehabilitar lesiones musculares. En urología es conocido su poder para destruir cálculos renales (a través de la litotricia). Y desde hace algunos años se está usando también para luchar contra los problemas de erección.

Muchos casos de disfunción eréctil están producidos por temas psicológicos (ansiedad, estrés), pero hay otros en donde la raíz del problema está en los vasos sanguíneos que llevan la sangre al pene del paciente. Si los vasos sanguíneos están en mal estado, la sangre no llega en los niveles adecuados, no "llena" los cuerpos cavernosos (los depósitos que se llenan de sangre y le dan dureza al miembro) y la erección no se produce. El uso de terapias con ondas de choque puede ayudar a que esos vasos sanguíneos se regeneren e incluso curar de manera completa del problema.





¿Cómo se hace?

Los tratamientos incluyen una serie de sesiones en las que se coloca un dispositivo emisor de ondas de choque en diferentes zonas del miembro del paciente. El tratamiento no requiere anestesia ni ninguna preparación especial, es completamente indoloro y no tienen complicaciones. 

Pero... ¿funciona? 

Un estudio realizado con ondas de choque en Dinamarca y el Reino Unido en 2014 contó con la participación de 112 hombres que tenían problemas severos de erección que se debían al deterioro de sus vasos sanguíneos. Se les dividió en dos grupos. A 51 de ellos se les aplicó el tratamiento. Con el resto se les hizo el tratamiento, pero con equipos que realmente no emitían las ondas de choque necesarias. Ni siquiera los médicos que estaban a cargo sabían qué equipos de ondas de choque funcionaban correctamente y cuáles no, como una forma de garantizar completamente que ni los médicos ni los pacientes pudieran influenciar las conclusiones del estudio.

Los resultados son interesantes. De los que recibieron el tratamiento verdadero el 57% fue capaz de tener relaciones sexuales penetrativas normales sin usar ningún tipo de medicamento durante los meses posteriores al estudio. En el otro grupo (el del tratamiento placebo) sólo el 9% mostró alguna mejoría. Se realizó seguimiento de los pacientes hasta dos años después del tratamiento y el 19% de los que habían sido curados seguían sin experimentar problemas (el resumen del estudio puede encontrarse  aquí).



Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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