Cómo se realiza una circuncisión

El prepucio es un pliegue de piel que cubre parcial o totalmente la cabeza del pene, incluso cuando éste se encuentra en erección. Cortar el prepucio es una intervención que se llama circuncisión, y ha sido una práctica común de muchas culturas de la Tierra durante milenios. Se sabe que los antiguos egipcios la practicaban (como un símbolo de estatus y distinción) y que los antiguos hebreos lo hacían por cuestiones religiosas (como símbolo de una alianza con dios). Hoy se considera una práctica recomendable por otras razones: Salud y estética. 





No es que el prepucio sea malo. De hecho ha evolucionado con nuestra especie y permite proteger la cabeza del pene (el glande, que es muy sensible) de rozamientos que pueden ser perjudiciales, mantenerlo ligeramente lubricado (lo que es útil para la actividad sexual) e incluso para combatir contra algunas bacterias (porque posee algunas glándulas que segregan sustancias que pueden tener propiedades anti bacterianas). Entonces ¿por qué muchos médicos lo recomiendan? Se ha demostrado que es más fácil mantener un pene saludable y limpio si éste está circuncidado. Existen evidencias científicas de que puede disminuir (aunque ligeramente) el riesgo de contraer algunas enfermedades de transmisión sexual (por ejemplo, uno de los primeros objetivos del virus del SIDA son cierto tipo de células que se encuentran en el interior del prepucio) y que, sin una higiene adecuada, la envoltura del prepucio puede ser un lugar perfecto para que ciertas bacterias dañinas aniden y se desarrollen. Pero también se toman en cuenta criterios estéticos para este tipo de intervención en adultos. 

Cómo se hace

La circuncisión, de todos modos, no es un procedimiento médico complicado. Existen dos formas de realizarla: 

La operación tradicional. Que puede durar unos 20 minutos y normalmente se realiza con anestesia local, con instrumentos quirúrgicos y suturas que pueden reabsorberse. Luego de cortar el prepucio el pene se envolverá parcialmente con un vendaje impregnado de sustancias cicatrizantes. Este vendado no impedirá que el paciente pueda orinar normalmente, aunque con los cuidados correspondientes.

La operación con láser. La diferencia principal con la operación láser es que el corte es "limpio" y rápido, por lo que la hinchazón o inflamación producida después de la intervención es menor que en el caso de la cirugía tradicional. 

Cuidados después

En los dos casos el paciente deberá tomar algunos analgésicos durante los días posteriores a la intervención.

Es inevitable que se sientan algunas molestias en los días posteriores. El vendaje se deja un máximo de 48 horas. Luego, durante unos días, el paciente deberá evitar ropa apretada que pueda generar fricción entre su pene (que estará más sensible de lo normal en los primeros días) y la ropa. Hay otros cuidados que debería tener en cuenta:


  • Mantener la higiene en la zona, especialmente en el glande 
  • Lavar muy bien la zona de la herida según las indicaciones del médico. 
  • Evitar la actividad sexual al menos hasta la segunda o cuarta semana posterior a la intervención. El paciente deberá tener en cuenta que, al principio, las erecciones podrían llegar a resultar dolorosas hasta un mes después de la intervención, pero eso dependerá de cada caso. 


Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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