Las infecciones urinarias son una serie de problemas médicos que se
originan cuando un agente infeccioso (bacterias dañinas y hongos,
principalmente) se reproduce y coloniza parte del tracto urinario. Se estima
que le ocurren al 40% de las mujeres y al 12% de los hombres en algún momento
de su vida. Aunque sus síntomas son variados (dependiendo del tipo de infección
y de agente infeccioso), suelen causar dolor al orinar, cambios en la
frecuencia con la que se va al baño, cambios en la cantidad de orina y diversas
molestias en el abdomen bajo (fiebre y dolor lumbar).
La mayoría de estos problemas puede tratarse si se diagnostica
adecuadamente, se identifica el microorganismo causante y se recetan las dosis
correctas del antibiótico correcto. Pero podrían complicarse y causar daños en
los riñónes o en el aparato reproductor
si no se atienden oportunamente. Aunque pueden ocurrir en cualquier momento de
la vida de las personas, la edad influye en la forma en que estas enfermedades
se manifiestan y se previenen.
Por ejemplo, entre los niños menores de cinco años, son frecuentes,
sobre todo entre las niñas. Muchas pueden prevenirse manteniendo a los niños
hidratados (que beban mucho líquido es vital, en especial en los meses de
calor) y enseñándoles prácticas saludables como, por ejemplo, no aguantarse
mucho tiempo las ganas de orinar. Hay que vigilar si aparece algún color u olor
extraño en su orina.
Las mujeres y la actividad sexual
Desde la pubertad y coincidiendo con el inicio de la actividad sexual,
las mujeres suelen experimentar un aumento en la incidencia de infecciones
urinarias. Las recomendaciones generales para reducirlas son variadas: Desde
orinar después de tener relaciones sexuales, hasta medidas generales de
higiene. La más importante de estas es que, después de ir al baño, la limpieza
con el papel higiénico debe hacerse desde adelante hacia atrás. ¿Por qué?
Porque de lo contrario las bacterias presentes en la zona anal pueden llegar
más fácilmente hacia la zona vaginal y causar infecciones.
Los adultos mayores
Pero después de la menopausia, las mujeres mayores también se vuelven
vulnerables a las infecciones urinarias. Y esto ocurre porque dejan de producir
las mismas cantidades de hormonas que cuando eran más jóvenes. Está comprobado
que cuando disminuyen los niveles de estrógeno vaginal, las bacterias tienen
más facilidades para prosperar y reproducirse.
Los hombres mayores no se libran del problema. Las dificultades
habituales entre los adultos mayores para orinar (causadas por el crecimiento
de la próstata, principalmente) hacen que aumente la posibilidad de contraer
infecciones. ¿Por qué? Porque suele haber orina retenida en la vejiga (que no
se vacía completamente) o goteo repetido después de orinar (que se queda en la
ropa interior y genera un ambiente propicio para el crecimiento de
bacterias.
Comentarios
Publicar un comentario