Detectar un cáncer a tiempo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Si se descubre cuando recién se está formando, será más fácil de curar. El problema en el cáncer de próstata es que en sus etapas iniciales no produce síntomas o éstos son muy débiles. Esa es la razón por la que se recomienda que los varones, a partir de los 45 años, se realicen periódicamente exámenes médicos para descartar cualquier problema, sobre todo si hay antecedentes familiares de este tipo de dolencia. Como la próstata es un órgano difícil de examinar por todos sus ángulos (porque está rodeada de otros órganos) a veces es necesario combinar varios exámenes para descartar algún problema. Te contamos aquí cuáles son.
Un examen de tacto rectal
La próstata es un órgano relativamente elástico y blando. Los tumores, en cambio, suelen ser duros al tacto. Un médico especializado puede distinguir fácilmente si una próstata está o no sana con solo tocarla. Pero el problema es que la próstata se encuentra en una zona del cuerpo masculino a la que es difícil acceder y no puede tocarse desde el exterior. Pero hay un conducto en el cuerpo que prácticamente roza próstata: El recto (el tramo final del intestino grueso). Esa es la razón por la que la forma más rápida, barata y segura de comprobar la consistencia de la próstata es mediante un examen de tacto rectal. Para ello el médico introduce parte de un dedo (enguantando y lubricado) por el recto del paciente y presiona una de sus paredes su pared frontal (la que da hacia el abdomen) para tocar la próstata y comprobar si tiene una consistencia sana. Contrariamente a lo que muchos creen es un examen que no causa dolor y se hace en menos de 30 segundos. Si el urólogo detecta algo inusual ordenará otros exámenes para comprobar si se trata de cáncer o de otra condición médica.
Un examen de sangre
El PSA (antígeno prostático específico) es una proteína que se genera en la próstata y que está presente en la sangre de los hombres adultos. Mediante un análisis de sangre se detecta qué cantidad de PSA hay en la sangre. Si los valores son muy elevados no significa necesariamente que haya un cáncer, pero si que hay que hacer un examen más detallado porque "algo está pasando" en ese órgano.
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| imagen tomada de cancer.gov |
Una ecografía
Consiste en obtener una imagen del órgano estudiado con un ecógrafo (un instrumento que, como si fuera un radar, emite ondas para formar una imagen) que se coloca sobre la zona que se quiere explorar. Para el caso de la próstata hay dos formas de hacerla: o bien sobre el bajo viente (que sirve también para verificar el estado de la vejiga) o bien por vía rectal.
Una biopsia
Cuando hay fuertes sospechas de un cáncer gracias a las pruebas anteriores es necesario confirmarlo con una biopsia. Es la prueba definitiva. Una biopsia consiste en tomar una muestra pequeñísima de tejido prostático analizarlo en el laboratorio y confirmar si tiene o no células cancerosas y, además, determinar el grado de difusión del tumor. Este es el examen que de alguna manera determina el tipo de tratamiento que el enfermo debe seguir. Normalmente este examen se hace en combinación con una ecografía por vía rectal.
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