Riñones creados en laboratorio ¿El fin de los trasplantes?


Las células progenitoras son un tipo de células madre que se especializan en crear un órgano. Se activan cuando somos embriones y funcionan hasta que nuestros órganos han terminado de construirse. Hay células progenitoras de corazón, de pulmones, de riñón y de cualquier otro de nuestros órganos.  Cuando el órgano está completo y funcionando, esas células desaparecen.

Pero ¿Se imaginan si el ser humano pudiera reactivarlas y hacerlas funcionar cuando un órgano se daña? Piensen que alguien sea operado de un cáncer y tengan que extraerle, por ejemplo, parte del estómago ¿No sería lo ideal "activar" células progenitoras digestivas para que su estómago pueda volver a estar completo? Parece ciencia ficción. Pero ahora es más "ciencia" que "ficción". La medicina regenerativa está trabajando en todo el mundo buscando formas de lograrlo. Y un equipo internacional de científicos (de España, los EEUU y Japón) ha conseguido un hito importante en el largo camino de la regeneración de órganos: Células progenitoras de riñón, que pueden ser cultivadas en laboratorio, almacenadas por tiempo indefinido y utilizadas para crear tejido completamente funcional

Cómo lo hacen

El principio de este asunto es sencillo: Extraer unas pocas células progenitoras de un niño y guardarlas en algún sitio seguro para que, cuando crezca, ese mismo niño pueda utilizarlas para curarse. Pero los intentos anteriores de conservar células progenitoras habían fallado. Las células se degradaban y dejaban de servir. 

Lo que los investigadores han conseguido ahora es un método que permite conservarlas durante tiempo indefinido. Lo han hecho con células progenitoras de riñón que, luego de ser almacenadas por un tiempo largo, han servido para crear nefronas (las células renales), que tienen la capacidad de filtrar sangre como los riñones. A la larga esto permitiría implantar esas células a riñones dañados (por ejemplo, a enfermos de insuficiencia renal) y lograr que se "reparen" y regeneren los tejidos, curándolos. De esa manera, en el futuro, los trasplantes de riñón dejarían de ser necesarios.

"Tener un número ilimitado de estas células podría ser un punto de partida para hacer crecer órganos funcionales en el laboratorio, así como una forma de empezar a aplicar la terapia celular a riñones cuya función está disminuida", le dijo a la prensa el director de la investigación.

Aun falta mucho para que podamos cultivar riñones, corazones o pulmones en laboratorio. Pero la puerta de la regeneración de órganos, que estaba cerrada, ha sido abierta. 

Esta nota ha sido realizada con información extraída de un reportaje de la Agencia EFE (Clic aquí), un artículo de Science Daily (clic aquí) y una nota de prensa del diario El Mundo (Clic aquí)



Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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