Análisis de orina para descartar cáncer de vejiga

En los consultorios de los urólogos aparecen con cierta frecuencia algunos pacientes que tienen unos síntomas inquietantes: problemas urinarios y presencia de sangre en la orina. Luego de una revisión en muchos de estos casos el médico puede sospechar que el paciente tiene uno de los cánceres más complejos y agresivos: el de vejiga. Para confirmar esa sospecha ordena una cistoscopía.

¿Qué es la cistoscopía?

Es una prueba que utiliza un uretrocistoscopio. Se trata de un tubo flexible y muy delgado que incorpora una cámara de video y una fuente de luz. Este tubo se introduce en la uretra del paciente (el conducto por el que expulsamos la orina) y se hace llevar hasta la vejiga (la "bolsa" muscular donde se almacena la orina) y una vez ahí se exploran las paredes internas para ver si hay alguna evidencia de un tumor. Si el médico ve "algo raro" procede a tomar una muestra (hace un pequeño corte en la pared interna de la vejiga con unas pinzas diminutas que están en el uretrocistoscopio) y extrae la muestra para enviarla al laboratorio. Ahí un médico patólogo especializado determinará si se trata de cáncer o no. La cistoscopía es una prueba compleja, pero es segura y suele ser la prueba definitiva para detectar el cáncer de vejiga. Pero requiere anestesiar parcialmente al paciente y puede resultar costosa para muchos bolsillos.





Una alternativa

Pues bien, un grupo de investigadores de Dinamarca acaba de probar un método que podría ser más rápido y sencillo para descartar si el paciente tiene cáncer de vejiga o no. Se trata de un análisis de orina que pasa por un filtro especial que "captura" células presentes en la orina cuyo ADN es analizado mediante un proceso rápido que permite saber si hay o no cáncer. La idea es que este examen logre detectar incluso casos de cáncer inicial que son indetectables para la cistoscopía (cuando los tumores visibles aún no se han formado). 

Probando la prueba

Para probar que funciona los investigadores estudiaron a 475 pacientes sospechosos de tener cáncer de vejiga a los que se les practicó primero el examen de orina y luego la cistoscopía. En el 99% de los casos en que NO había cáncer, el examen de orina acertó con el diagnóstico. En el 52.5% de los casos en que SÍ había cáncer también resultó. Es decir, para los pacientes que necesitan DESCARTAR que tienen cáncer, el examen de orina podría ahorrarles la cistoscopía en el futuro. Lo más interesante es que en tres casos el examen indicó que el paciente sí tenía cáncer aunque la cistoscopía indicara lo contrario. Pero luego de varios meses se le hizo una nueva cistoscopía a esos tres pacientes y se detectó que ya habían desarrollado el cáncer y tenían tumores visibles, lo que demostraría que el examen pudo detectarlo antes que la cistoscopía.




El filtro para este tipo de examen de orina aún no está disponible comercialmente, pero es posible que eso suceda en los próximos dos años.

Más información

La investigación fue realizada por el centro de investigación de la Sociedad Danesa del Cáncer, en Copenhague y fue publicada en la revista on line European Urology. Más información en el siguiente enlace: Clic aqui,




Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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